La alcaldesa de Viña del Mar, Virginia Reginato, enviará este viernes un oficio a la Secretaría Regional Ministerial (Seremi) de Vivienda, como superior jerárquico de la Dirección de Obras Municipales (DOM) de la Ciudad Jardín, para que agote todos los recursos a fin de evitar la demolición que está en proceso de evaluación, de la emblemática Casa D’Italia.

Al respecto, la jefa comunal dijo que “como alcaldesa, como viñamarina y como descendiente directa de italianos me duele mucho lo que está ocurriendo y en lo personal, estoy en contra que se demuela este emblemático edificio para dar paso a un negocio inmobiliario».

En cuanto a la otorgación del permiso de construcción, para construir en el terreno un edificio y un centro médico, la alcaldesa Reginato reiteró que” la DOM está obligada a aplicar las normas vigentes y cualquier controversia la debe resolver su superior jerárquico, que es la Seremía de Vivienda y Urbanismo, tal como ha ocurrido en otras ocasiones”.

La autoridad comunal puntualizó también que espera que “el Ministerio de Educación, al cual pertenece el Consejo de Monumentos Nacionales pueda revertir la situación y así proteger este inmueble”.

Protección patrimonial

En cuanto a la situación de la Casa D’Italia desde el punto de vista patrimonial en el contexto urbano, el director del Departamento de Asesoría Urbana del municipio de Viña del Mar, Pablo Rodríguez, aclaró que la edificación no se declaró como inmueble de conservación histórica por el Plan Regulador del año 2002.

Agregó que en esos años “la propiedad estaba resguardada por una sociedad propietaria que daba plenas garantías que dicho patrimonio se cuidaría y mantendría en el tiempo, y porque además estaba en uso, razón por la cual no se preveía que ocurriera su venta y eventual demolición”.

Rodríguez comentó que desde el punto de vista normativo el Plan Regulador es limitado en su accionar: “Se ha planteado a nivel ministerial que se deberían generar cambios normativos que protejan de mejor manera los inmuebles de carácter patrimonial, propiciando incentivos que permitieran a los propietarios cuidar y mantener sus inmuebles, ya que el principal argumento para su enajenación y demolición son los elevados costos de manutención”.