A través de una declaración pública el ex presidente Sebastián Piñera se defendió de la acusación que se hizo en su contra y que aseguraba que mientras era la máxima autoridad del país invirtió en una pesquera peruana que se vio favorecida por el fallo de la Corte Internacional de La Haya que enfrentó a Chile y Perú respecto a sus límites marítimos y que se emitió el 27 de enero 2014. Esta inversión se habría realizado a través de Bancard International Investment, sociedad con domicilio legal en Islas Vírgenes mediante la que el ex mandatario habría adquirido el 9,10% de Exalmar, una de las principales pesqueras del vecino país.

«Como es de público conocimiento, en abril del año 2009, y antes de asumir una candidatura presidencial, en forma voluntaria e inédita, constituí un fideicomiso ciego, gestionado por cuatro instituciones financieras chilenas reguladas por la Superintendencia de Bancos y Valores de nuestro país, con el propósito de administrar, con absoluta autonomía y sin ninguna información al suscrito, las inversiones financieras en Chile del Grupo Bancard», aseguró Piñera, quien recalcó que tras este trámite se desligó «totalmente de la gestión, administración y decisiones de inversión de las empresas del Grupo Bancard, las cuales con total autonomía y sin ninguna participación del suscrito, administran hasta el día de hoy las inversiones del Grupo Bancard en el extranjero».

«Bancard ha informado que la inversión en la Empresa Exalmar S.A. es una de cientos de inversiones del Grupo en el exterior, es de carácter financiero y pasivo, y representa menos del 0,5% del total de inversiones del Grupo. Adicionalmente, Bancard también ha informado que la mayor parte de dicha inversión fue realizada con posterioridad al término del mandato presidencial que tuve el honor de presidir. Más aún, la propia empresa Exalmar ha manifestado que: «no tiene mayor impacto en nuestras operaciones pesqueras, ya que hasta la fecha no operamos en esta área correspondiente a la zona sur».

La ex autoridad agregó que si bien entendía que era objeto de un riguroso escrutinio público, pero que no aceptará que de manera «sesgada y tendensiosa se intente poner en duda mi absoluta y total voluntad, independencia y dedicación con que, como Presidente de Chile actué en la defensa de los intereses superiores de Chile y los chilenos, y en forma muy especial, en el caso del diferendo limítrofe con Perú».