“Maricón”, “caballo”, “asqueroso”, “córtate las uñas maricón culiao”, “no se junten con el, es hueco le gusta la tula”,  fueron alguna de las repetidas frases que el soldado de tropa profesional, Alfredo Morales Celedón, padeció en el Ejército, donde tanto superiores como compañeros alegaron que su orientación sexual era incompatible con el ejercicio militar.

Morales Celedón quien se desempeña en el Regimiento Brigada la Acorazada de Concepción, en Antofagasta, denunció hoy los hechos en la sede del Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh), convirtiéndose así en el primer soldado en el ejercicio de su cargo en dar a conocer públicamente episodios de homofobia al interior de la institución.

“Me he sentido menoscabado y humillado. En ningún documento del Ejército dice que un homosexual no puede ser soldado. Quise seguir la profesión de mi abuelo, que era militar, pero me encontré con constantes abusos por mi orientación sexual que me mantuvieron en muchas ocasiones con licencia psiquiátrica”, dijo Morales Celedón.

Añadió que “al enfrentarme a la capitana Francisca Mesone y al comandante Aldo Peña por sus reiterados acosos contra mí por orientación sexual, (a uno lo dejé hablando solo y a la otra le exigí disculpas). Estas quejas las consideraron una indisciplina y lejos de ayudarme, de sancionar a los responsables, me exigieron que firmara me baja. Me negué, y por eso, dijeron que me despedirán a fin de mes”.

El director del Área e Derechos Humanos  del Movilh, Rolando Jiménez, precisó que el “pasado 27 de julio enviamos una carta al Comandante en Jefe del Ejército, Humberto Oviedo Arriagada, denunciando los hechos y solicitando una investigación y sanciones contra los responsables. Esto, porque al soldado se le había impedido formalizar su denuncia ante uniformados con rangos mayores de los que lo acosaban”.

Tras ello, precisó Jiménez, fue el propio Comandante de la 1 División de Ejército, Sergio Retamal Rubio, quien tomó declaraciones al soldado. “Pues bien, nunca nos enviaron los resultados de la investigación, habían comprometido hacerlo la semana pasada, y por fono me indicaron que el soldado sería expulsado por disciplina. Les expliqué que su falta a la disciplina había sido por enfrentarse a dos superiores que lo acosaban, pero ello no les importó”.

Morales Celedón indicó que “yo no voy a firmar mi baja, pero tampoco volveré al Ejército, pues es claro que habrá represiones. Esto no me afecta solo a mí. Hay muchos otros que están pasando por lo mismo y hablo por ellos ahora”.

En tanto, Jiménez puntualizó que “el Movilh tomará la representación legal de Morales Celedón. Iremos a tribunales sí o sí, sólo estamos evaluando cual será la mejor acción legal más oportuna para enfrentar el abuso”.

Los episodios de discriminación

Con el apoyo de su madre, padrastro y hermano, Morales Celedón entró al Ejército como conscripto en marzo del 2014 y en abril del 2016 se transformó en soldado de tropa profesional, iniciando sus funciones en el Regimiento Brigada la Acorazada de Concepción, en Antofagasta.

Primero se desempeñó en al área de telecomunicaciones, pero frente a los continuos acosos de sus compañeros, fue traslado al casino, para trabajar como mayordomo.

“Mis compañeros me tiraban besos, me decían “maricón”, “caballo”, “córtate las uñas”, “no junten con él porque le gusta la tula”. Por eso, estuve mucho tiempo con licencia médicas y psiquiátricas, lo que perjudicó además mis estudios de enseñanza media”,  recordó el aún soldado.

Si bien el uniformado pensaba que en el casino la situación mejoraría, ello no ocurrió.  Por un lado el “comandante Aldo Peña siempre expresó que homosexuales no podían estar en Ejército y, al saber de mi existencia, advertía a otros que iba a llegar un gay  a la repartición”, dijo el soldado.

Luego, la capitana Francisca Mesone “en reiteradas ocasiones me trababa de maricón y se burlaba de mi, lo que afectaba mi ánimo”.

La reacciones de Morales Celedón contra superiores, a quienes les exigía respeto por su homofobia, le valieron dos faltas en los últimos meses, la excusa usada por el Ejército para expulsarlo.

“El único error que cometí, fue que una vez salí a comprar cigarros, sin permiso y por eso fue considerado una falta. Aparte de eso, mi desempeño fue excelente. Ellos lo que consideran más grave, es que uno tolere la homofobia. Para el Ejército, eso es una falta”, puntualizó Morales Celedón.