El oftalmólogo viñamarino, Carlos Schiappacasse, ofreció un punto de prensa esta tarde en las afueras del edificio Atlantis de Reñaca, para explicar lo sucedido el fin de semana cuando las cámaras del ascensor del inmueble lo captaron maltratando a un perro lazarillo y a una asesora del hogar; esto, como argumentó, para defender a su pequeña hija que siente temor por los perros.

Junto con pedir disculpas por lo sucedido, el médico asumió que se comportó como “un cobarde, déspota y poco hombre”.

“Tal como salió en la prensa y en las redes sociales, me comporté como un cobarde, un déspota y un poco hombre. Estoy acá para dar la cara y pedir perdón, porque lo que sucedió fue un error lamentable, del cual estoy muy arrepentido y quiero pedir disculpas”, dijo el galeno.

Para enmendar su error, Schiappacasse mandó una solicitud para apadrinar a la Agrupación de Protección de Animales de Viña del Mar, donde se comprometió a trabajar con ellos de acá en adelante.

Continuó diciendo que lo que pasó ese día fue terrible, que no quiere ni acordarse, pero aseguró que sus hijas son chicas y no se han dado cuenta del asedio de la prensa ni de la aparición de su padre en la televisión.

Cuando estén grandes les contaré. Fue un error, que no tengo cómo explicar, fue un acto deleznable, fue una conducta sancionable, y creo que me merezco toda la sanción de la sociedad y la prensa, pero no tengo explicación para explicar lo que pasó en el ascensor».

Por último dijo que «no es que tenga una mala forma de tratar a la gente, pero no tengo el mejor genio del mundo, no soy una persona fácil de llevar. Quizas los genes italianos me traicionan, pero trataré de mejorar». Finalizó su disculpa pública diciendo que iba a evaluar algún tipo de tratamiento.