Lechuzas Blancas 1 (1)La jefa de la Sección de Conservación de la Diversidad Biológica de la Corporación Nacional Forestal (CONAF), Javiera Meza, realizó una exposición sobre el programa de “Conservación de aves rapaces nocturnas y control biológico del virus Hanta”, que funciona exitosamente en la Reserva Nacional Lago Peñuelas, en Valparaíso, ante un auditorio compuesto por personal del Departamento de Medio Ambiente del Ejército de Chile, institución que proyecta replicar este sistema en distintas instalaciones militares a lo largo del país.

En la oportunidad, Meza, junto con realizar un minucioso análisis del funcionamiento de las 26 casas anideras de lechuzas blancas y tucúqueres que posee la unidad, explicó a los uniformados cómo instalar éstas (época de construcción, altura mínima, posición frente al viento y densidad de roedores) y los beneficios relacionados a la crianza de estos pájaros, especialmente para controlar plagas de ratones, entre ellos los de cola larga (Oligorizomys longicaudatus), portadores del virus Hanta.

“El Ejército tiene predios en donde hay áreas arboladas, por lo tanto perfectamente pueden instalar casas anideras. Esto nos parece sumamente positivo porque, justamente, este sistema permite disminuir la población de roedores y en especial la de los cola larga, lo que entregará mayor seguridad a su personal”, destacó la Jefa de la Sección de Conservación de la Diversidad Biológica, en relación a la asesoría que brindó CONAF –entidad dependiente del Ministerio de Agricultura- a la institución militar.

Meza agregó que “es muy relevante la conservación de nuestras aves rapaces, tanto diurnas como nocturnas, y darles sitios de nidificación adecuados, en especial a las lechuzas blancas porque ellas no hacen nidos, sino que ocupan huecos de árboles, grietas o construcciones. En este caso se necesita una construcción bastante sencilla como área de nidificación”.

Por su parte, el ingeniero forestal y asesor del Departamento de Medio Ambiente del Ejército, Mathias Nagel, sostuvo que “lo que llama más la atención del sistema de control biológico es que, primero, hay un tema económico de por medio, dejando de aplicar químicos y otros elementos que pueden perjudicar al medio ambiente, y segundo, se logra el equilibrio natural tanto de la plaga como de las lechuzas que la controlan. Es un mecanismo práctico, sencillo y medioambientalmente amigable, que es lo que nos interesa”.

Finalmente, Nagel sostuvo que como institución, “queremos ver la posibilidad de implementar este sistema tanto en los predios donde se realiza la instrucción como también en otras instalaciones militares, con el objeto de tener un control biológico de roedores a lo largo de Chile”.

Cabe consignar que, según estadísticas que maneja CONAF V Región, un grupo familiar de aves rapaces nocturnas es capaz de cazar alrededor de 1.000 roedores durante los dos meses que dura su período de crecimiento.